Martín nació en “El Instituto Médico Platense” el día 7 de noviembre del año 1973, bajo el signo de Escorpio. Creció en la ciudad de Las Diagonales. Hizo sus estudios en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús y terminó sus dos últimos años del secundario en la nocturna del Normal Benito Lynch.
Martín, compartía su tiempo entre los estudios y el fútbol, entre la escuela y la cancha. Desde muy chiquito se vió fuertemente atraído por la pelota pero para nada por los libros. De todas maneras cumplió con la promesa que le había hecho a su papá, terminar el secundario. Siempre fue hiperactivo, muy revoltoso y desde chiquito un referente y un líder positivo.
Su hermano mayor era arquero en las inferiores de Estudiantes de La Plata, un día Martín lo fue a ver a un entrenamiento y como faltaba un jugador le preguntaron si quería jugar y él acepto. Luego lo probaron en lo que sería el baby fútbol, también en el mismo club y quedó como arquero. En un torneo organizado por la municipalidad con tan sólo 6 añitos ya había logrado su primer título, él junto a su equipo eran los campeones de ese torneo. Alrededor de los 11 años iba seguido a ver a un amigo que jugaba en el club For Ever él quería jugar ahí, pero tenía que esperar a que terminara el torneo, ficharse y hacer todos los trámites. Un día ya terminado el torneo llegó su gran posibilidad de comenzar a jugar. Lo que nunca imaginó que en uno de esos partidos estaría presente Daniel Epeloa, quién al observar su desplazamiento en el terreno de juego y llamándole mucho la atención de lo que veía, lo llevó a Estudiantes, para que el técnico “El Bocha” Flores lo probara en las inferiores del club, para jugar como delantero, ya que poseía cualidades para desempeñarse en ese puesto. No le resulto fácil al principio ya que no era un juego sino que estaba ya representando al club dónde tenía deberes y obligaciones que cumplir pero una vez afianzado tomando el ritmo y la seriedad que caracteriza un entrenamiento y por sus dotes fue pasando por todas las categorías dejando huellas imborrables hasta llegar a la primera división con tan sólo 18 años, comenzando su carrera oficialmente, formando duplas temerosas, cansándose de hacer goles para el quipo y entendiéndose a la perfección con sus compañeros. Ni bién comenzó su carrera se ganó su primer apodo, “El Loco”, por sus excentricidades, por su forma de ser tan rara, divertida, espontánea y fresca. Claro a veces se le pasaba un poco la mano en sus cargadas o actitudes y se ganaba tontamente la tarjeta roja, o algún insulto, o crítica ya que se tornaba ofensiva su actitud. Más de una vez provocó la ira de los hinchas y de los mismos jugadores rivales. Alto, rubio, dueño de una presencia intimidatoria, de una zurda potente, de una fuerza anímica que le permite salir siempre adelante, fresco, auténtico, tan diferente a los demás y con sus ocurrencias tan divertidas para algunos y tan criticadas para otros, comenzó paso a paso a construir una carrera maravillosa. Recordando sus inicios hacemos mención, a que un día un entrenador le dijo que sólo servía para cortar el pasto. Hoy, dicha persona estará arrepentido por la equivocación y la torpeza con que se dirigió a este muchachito que hoy es todo un crak. Ese técnico fue Miguel Ángel Ruso el mismo que asumió hace unos días como el nuevo técnico de Boca Juniors, ojalá no vuelva a cometer los mismos errores del pasado. Creemos que el tiempo y aquel mismo muchachito que hoy, ya es todo un hombre y un gran señor dentro y fuera del campo de juego, le taparon más de una vez la boca. Muchos clubes en aquellos tiempos, querían tenerlo entre sus jugadores, pero se disputaron su presencia, Boca y River. Finalmente ganó el primer club y Martín dejó a los pinchas para ir a vivir al pueblo boquense sin imaginar una vez más todo lo maravilloso que le sucedería. Fue convocado para integrar el equipo de La Selección Argentina y el 1 de julio del año 1999 marcó sus dos primeros goles lleno de ilusión.
En ese mismo año, llegó a su gol número 100 y sufrió una de las lesiones más graves de su carrera, que lo mantuvo alejado del fútbol durante 6 largos meses. Luego, ganó junto a sus compañeros xeneizes, La Copa Libertadores. Y marcó los dos goles decisivos, para darle a sus compañeros y a todo el pueblo boquense, La Copa Intercontinental, siendo considerado cómo el mejor jugador de ésta Copa. En el año 2001, dejó a Boca para comenzar su paso por el Villarreal, club europeo más precisamente español. Ahí fué dónde sufrió otra de sus lesiones importantes, festejando un gol se le cayó encima de su pierna derecha una pared. En el año 2003 dejó al Villarreal, para pasar a “El Real Betis”, club de la misma procedencia que el anterior. Y en el año 2004, dejó a dicho club, para pasar a El Club Deportivo Alavés, club de segunda división, pero de la misma procedencia que los anteriores. Finalmente en el año 2004, terminó su contrato con El Club Deportivo Alavés, terminando así su gira europea y volviendo a Boca Juniors. Su paso por el fútbol europeo fue bueno, lo hizo crecer mucho tanto en su profesión como en su vida personal. Actualmente sigue en el pueblo boquense y de la mano de éste club, escriben partido a partido la más linda y emocionante de todas las historias.
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